Thursday, June 9, 2011

Vaclav Havel su legado humanista cristiano

No existe político perfecto, pero no podemos  comparar la gestión de  Václav  Havel con ningún otro jeraca del pasado de Checoslovaquia, ya que Havel presidió un país desvastado en su esencia nacional por el izquierdismo caduco. No existen comparaciones entre la nación Checa de hoy y la Checoslovaquia del totalitarismo. Y a cualquier izquierdista al repasar la Historia, les crea un escozor terrible, no leer al literato, que es un punto aparte en esta pesonalidad, sino al político que nos da lecciones a todos, incluyendo a los izquierdistas...

"No nos equivoquemos: el mejor gobierno del mundo, el mejor Parlamento y el mejor presidente no pueden lograr mucho por sí solos. Sería igual de erróneo esperar un remedio general que tan solamente procediera de ellos. La libertad y la democracia implican la participación y, por tanto, la responsabilidad de todos nosotros. Si somos conscientes de esto, todos los horrores que heredó la nueva democracia checoslovaca dejarán de parecernos tan terribles.
Si somos conscientes de esto, en nuestro corazón renacerá la esperanza. Al realizar el esfuerzo necesario para enderezar los asuntos de interés común, tenemos algo en qué apoyarnos.
Estos últimos tiempos -y, en especial, las últimas seis semanas de nuestra pacífica revolución-han develado el enorme potencial espiritual, moral y humano, así como la cultura cívica, que estaban dormidos en nuestra sociedad bajo la máscara impuesta de la apatía.
Cada vez que alguien declaraba categóricamente que éramos esto o lo otro, yo siempre objetaba que la sociedad es una criatura muy misteriosa y que no es sabio confiar tan sólo en la cara que te presenta.
Me alegra ver que no me equivocaba. En todo el mundo, la gente se pregunta dónde encontraron los ciudadanos de Checoslovaquia, dóciles, humillados, escépticos y cínicos en apariencia, esa fuerza maravillosa para deshacerse de la carga del yugo autoritario en pocas semanas y de una forma pacífica y decente. Preguntémonos de dónde sacó la gente joven, que nunca había conocido otro sistema, el deseo de alcanzar la verdad, el amor por el pensamiento libre, sus ideas políticas, su valor cívico y su prudencia cívica. ¿Cómo fue que sus padres -esa generación que se consideraba perdida-se unieron a ellos? ¿Cómo es posible que tantísima gente supiera de forma inmediata qué hacer, y que ninguno de ellos necesitara consejos ni órdenes? Masaryk basó su política en la moralidad. Intentemos, en una nueva época y de una forma nueva, restaurar ese concepto de política. Enseñémonos, y enseñemos a los demás, que la política debería ser la expresión del deseo de contribuir a la felicidad de la comunidad en lugar de la necesidad de engañarla o expoliarla.
Enseñémonos, y enseñemos a los demás, que la política no sólo puede ser el arte de lo posible, en especial si esto implica el arte de la especulación, el cálculo, la intriga, los tratos secretos y las maniobras pragmáticas, sino incluso también el arte de lo imposible, el arte de mejorarnos a nosotros y mejorar el mundo."
(Václav Havel 1 de enero de 1990)

Nota documental:

El legado de Vaclav Havel.

Presidente Nº 10 de Checoslovaquia, 29 de diciembre de  1989 – 20 de julio de 1992.
Presidente de la República Checa, 2 de febrero de   1993 – 2 de febrero de 2003.


Se trata de una personalidad singular, que ha logrado demostrar que el humanismo como valor central de un líder político, no está reñido con la globalización ni con la política, en momentos que parecen haberse deshumanizado.
Ha sido un destacado escritor de su país, activo militante contra la dictadura comunista, quien sufrió cárcel y persecución durante este régimen y que en reconocimiento a sus valores morales e intelectuales fue elegido por sus conciudadanos para regir los destinos del país, en el complejo momento que configuró la caída del comunismo, la democratización y transformación de la economía hacia el capitalismo, después la incorporación a la OTAN y ahora en la Unión Europea.
La democratización de Checoslovaquia, fue llamada la “revolución de terciopelo”, porque tuvo lugar sin violencia y evitándose que un cambio tan rotundo, tras un régimen represivo con decenas de miles de víctimas como fue el comunismo en este país, produjera caos, anarquía o revanchismo alguno. Václav Havel es la personalidad que más acabadamente expresa los valores que determinaron este excepcional proceso.
Poco tiempo después, como Presidente, le tocó manejar con éxito la división de su país en dos, cuando Checoslovaquia se dividió en la República Checa y la República Eslovaca. Fue un proceso incruento y consensuado, realizado en el mismo momento que otra región del ex Imperio Austro-Húngaro, como Yugoslavia se desangraba en una cruel y sangrienta guerra.
La naciente República Checa lo elige nuevamente para regir los destinos del país y lo hizo con la combinación de estadista, político, humanista y artista que es.
Ya al comenzar su rol como líder de su país, Havel se constituyó en un verdadero puente entre la Europa Occidental y los Estados Unidos y la Europa Central y Oriental que dejaba el comunismo para incorporarse a la democracia y el capitalismo.
Alentó con entusiasmo y decisión, la incorporación de su país y su región a la OTAN y la Unión Europea y antes de dejar el cargo ha visto coronados con el éxito sus esfuerzos.
Desde la segunda mitad de los años noventa, el campo de acción de Havel se universalizó. En 1997, convocó en el histórico Castillo de Praga, a la primera edición del “Foro 2000”, en el cual reunió a personalidades mundiales de diferentes países, continentes, culturas, religiones e ideologías, buscando promover el diálogo, el entendimiento, la comprensión y el consenso.
Havel ha venido reuniendo este Foro en forma anual desde entonces, estableciendo un verdadero puente entre las diferentes brechas que sufre la humanidad y lo acaba de hacer por sexta vez a fines del año pasado. Seguramente, será un ámbito en el cual continuará desarrollando su acción después de dejar el cargo.
Los discursos que pronunció como Presidente, constituyen un elemento muy valioso para quienes quieren hacer posible la connivencia entre el humanismo y la política, el humanismo y la globalización.
El 20 de setiembre de 2002, en el discurso que pronunció en New York, ante graduados universitarios, que tituló Václav Havel: el Dramaturgo como Presidente, realiza un balance de su Presidencia a poco tiempo de finalizar el mandato en el que dice: “se acerca la época en que aquellos que me rodean, el mundo y mi propia conciencia ya no me preguntarán cuáles son mis ideales, ni me preguntarán qué deseo cumplir y cómo quiero cambiar el mundo, sino que comenzarán a preguntarme qué he logrado, qué ideales he cumplido y cuáles fueron los resultados, cómo quiero que sea mi legado y qué clase de mundo quiero dejar detrás de mí”.
Dos meses después, tuvo a su cargo el discurso inaugural de la Cumbre de la OTAN que se reunió en Praga, en un momento que la lucha contra el terrorismo internacional y el eventual ataque a Irak ya dominaban la agenda internacional. Dijo entonces: “Entender a otras personas, otras culturas, otras costumbres y el esfuerzo de no despreciarles, sino construir junto a ellos una red de relaciones basadas en la igualdad obviamente no significa que deberíamos renunciar a nuestros propios criterios o normas y ocultar nuestra convicción para crear un clima agradable. Todo lo contrario: las verdaderas relaciones de amistad no se pueden apoyar en mentiras, solamente podrán crecer de una tierra fértil de sinceridad mutua”.
A pedido del Centro de Estudios Nueva Mayoría, el equipo de Václav Havel seleccionó los 21 discursos políticos más relevantes pronunciados como Presidente entre 1990 y 2003, los que han sido traducidos al castellano por primera vez y a partir de hoy están disponibles para ser consultados en el sitio foro argentino-checo www.celaforum.org y en febrero serán editados, como forma de reconocimiento a Havel pero también como una contribución al esclarecimiento de los valores que deben inspirar la acción política en los países de habla hispana.
Havel ha demostrado que es posible ser político sin claudicaciones. Que es posible ser político sin abandonar la sencillez y la sensibilidad humana. Que es posible ser político y mantener el espíritu abierto a las artes y la cultura. Que es posible ser político y no perder la sensibilidad. Ese es su legado.

El humanismo cristiano de su idea de "vivir en la verdad".
 Los cristianos  de hoy necesitamos ver nuestro papel como discípulos de Jesucristo, y nuestra misión de un modo más preciso que aquel "vivir dentro de la verdad".

Fuente documental

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