Sunday, June 26, 2011

Lección del cuarto domingo para el sacerdocio

                             26 de junio de 2011
Introducción:
                                                                                                       Permitanme sugerirles, que cuando empiecen la lectura ide esta lección, invoquen la compañía del Espíritu Santo para que aumenten su testimonio acerca de la veracidad de estas enseñanzas.

El élder Gordon B. Hinckley dijo: “La enseñanza del Evangelio a todos los miembros de la Iglesia es fundamental para cada uno de los programas de ésta. En cumplimiento de esta responsabilidad que le fue encomendada desde sus comienzos, la Iglesia ha establecido un sistema de notables organizaciones de enseñanza: los quórumes del sacerdocio, tanto el de Melquisedec como el Aarónico, el amplio sistema educativo de la Iglesia y las organizaciones auxiliares… todos los cuales cumplen una importante función en la educación de nuestra gente” (en Conference Report, octubre de 1962, págs. 72–73).

Cada miembro un maestro

Cuando el Salvador resucitado enseñó a los nefitas, les dijo: “Alzad, pues, vuestra luz para que brille ante el mundo. He aquí, yo soy la luz que debéis sostener en alto: aquello que me habéis visto hacer” (3 Nefi 18:24). Al dar esta instrucción, el Señor no hizo distinción alguna entre los que oyeron Su voz. A todos se les mandó enseñar.
Lo mismo ocurre hoy día. La responsabilidad de enseñar el Evangelio no se limita a quienes hayan recibido un llamamiento oficial como maestros. Como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, usted tiene la responsabilidad de enseñar el Evangelio. Como padre o madre, hijo o hija, esposo o esposa, hermano o hermana, líder de la Iglesia, maestro o maestra en el salón de clases, maestro orientador, maestra visitante, compañero o compañera de trabajo, vecino o vecina, amigo o amiga, usted tiene oportunidades para enseñar. Algunas veces puede enseñar abierta y directamente por medio de las cosas que dice o el testimonio que dé; y, además, siempre enseña mediante el ejemplo.
El Señor declaró: “Ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39). Al pensar en el papel que juega la enseñanza del Evangelio en la salvación y exaltación de los hijos de Dios, ¿puede imaginar que exista un deber más noble o sagrado? Ello requiere que se esfuerce diligentemente por aumentar su entendimiento y por mejorar sus habilidades, sabiendo que el Señor irá magnificándole a medida que enseñe de la manera que Él ha mandado. Es una obra de amor, una oportunidad para ayudar a otros a fin de que ejerzan correctamente su albedrío, vengan a Cristo y reciban las bendiciones de la vida eterna.



El Santo Templo: Un faro para el mundo

Thomas S. Monson

Presidente de la Iglesia

Nº 1.- [Invocación]
Para ser más efectivos siempre debemos dirigir nuestro ruego a los cielos para tener el concurso ya sea del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo o de Angeles, y para que toda la congregación y el mismo maestro sea guiado e inspirado en todo lo que sea necesario.

Para obtener una mejor comprensión de este discurso trataremos en forma separada los temas presentados por el presidente.


[Presidente Monson]
“Mis queridos hermanos y hermanas, hago extensivos mi amor y saludos a cada uno de ustedes y ruego que nuestro Padre Celestial guíe mis pensamientos e inspire mis palabras al hablarles hoy.”

Nº 2.- [El programa de Bienestar de la Iglesia.]
En este primer tema debemos hacer énfasis en la responsabilidad del obispo del barrio o presidente de la rama de cuidar a los necesitados que residen dentro de los límites de su barrio. Fijemonos que el Profeta Monson no esta diciendo “cuidar a los miembros necesitados del Barrio”, sino que “os necesitados que residen dentro de los límites de su barrio..”, ¿No es acaso una tremenda responsabilidad?, Pero no lo deja sólo en esta tarea, al nombrar a las diferentes organizaciones que colaboran con el obispo nos esta indicando que es a través del programa de bienestar que puede cumplir con esta tarea, impuesta por el Señor a un Obispo o Presidente de Rama.

(Presidente Monson)
“Permítanme comenzar haciendo un comentario o dos con respecto a los buenos mensajes que hemos escuchado esta mañana de la hermana Allred, del obispo Burton y de otras personas en cuanto al programa de bienestar de la Iglesia. Como se ha indicado, este año marca el aniversario número 75 de este inspirado programa que ha bendecido la vida de tantas personas. Tuve el privilegio de conocer personalmente a algunos de los que iniciaron esta gran labor, hombres de compasión y visión.
Como lo mencionaron el obispo Burton, la hermana Allred y otras personas, el obispo del barrio tiene la responsabilidad de cuidar a los necesitados que residen dentro de los límites de su barrio. Tal fue mi privilegio cuando era un joven obispo que presidía un barrio de Salt Lake City de 1080 miembros, entre ellos, 84 viudas. Había muchos que necesitaban ayuda. Cuán agradecido estaba por el programa de bienestar de la Iglesia y por la ayuda de la Sociedad de Socorro y de los quórumes del sacerdocio.
Declaro que el programa de bienestar de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es inspirado por el Dios Todopoderoso.”

Nº3 [Sobre el templo que deseo hablarles ]
Los templos en esta la dispensación del cumplimiento de los tiempos, tienen el propósito de exaltar primeramente a quienes siendo parte aquí en la tierra de la Iglesia de Jesucristo ,trabajan y velan por el crecimiento de la obra sagrada del templo, así como a la vez proveer a la Iglesia de santos dignos y confiables para establecer y mantener el reino de Dios en la tierra, en otras palabras : dar un testimonio al mundo de lo que es la obra de Dios. El asunto no se limita a un par de ordenazas vitales que se realizan dentro del templo, es más allá de esto, los templos son uan forma de crear lazos estrechos y comunes entre los santos investidos, especialmente para servirse unos a otros. Si somos veraces y cumplimos con los compromisos que adquirimos con el Padre en el templo, fuera de el seremos ejemplos vivos de rectitud , amor y luz de Dios, lo que nos conduce a vivir vidas apartadas del mundo y en hermandad férrea e inquebrantables entre los Santos..
La historia de los templos en esta Iglesia. la Iglesia de Jesucristo , es gloriosa, y grandiosa , ni el templo de Salomón encierra tanta maravilla, fidelidad y sacrificio.

(Presidente Monson)
“Ahora bien, mis hermanos y hermanas, esta conferencia marca tres años desde que se me sostuvo como Presidente de la Iglesia. Desde luego han sido años ocupados, llenos de muchos desafíos, pero también de incontables bendiciones. La oportunidad que he tenido de dedicar y rededicar templos se halla entre las bendiciones más sagradas y que más he gozado, y es sobre el templo que deseo hablarles hoy.
Durante la conferencia general de octubre de 1902, el Presidente de la Iglesia, Joseph F. Smith, expresó en su discurso de apertura su esperanza de que algún día tuviésemos “templos construidos en diferentes partes del [mundo] donde sean necesarios para la conveniencia de la gente” ( Joseph F. Smith, en Conference Report, octubre de 1902, pág. 3.)

Durante los primeros 150 años que siguieron a la organización de la Iglesia, desde 1830 a 1980, se construyeron 21 templos, entre ellos los de Kirtland, Ohio, y Nauvoo, Illinois. Comparen eso con los 30 años que siguieron desde 1980, durante los que se construyeron y dedicaron 115 templos. Con el anuncio de ayer de tres templos nuevos, hay además 26 templos en construcción o en la etapa previa a la construcción; y esos números seguirán creciendo.
La meta que el presidente Joseph F. Smith esperaba en 1902 se está convirtiendo en realidad. Nuestro deseo es que los miembros tengan un templo lo más accesible que sea posible.

Nº 4.- [Historias de sacrificios]
No existe progreso en la obra de Dios si entre medio no hay sacrificio, dedicación y fidelidad,. Y es necesario recordarlo porque la mayoría de las veces consideramos que lo que hacemos “es suficiente” o lo peor, pensamos que lo que hacemos lo hacemos por Dios. Triste error, nuestra Fe en Jesucristo y su evangelio , nuestro conocimiento del Espíritu obrando en nuestras vidas, nos señalan que todo sacrificio, dedicación y fidelidad son primeramente aplicables a nosotros mismos, en Dios todo esta cumplido y acabado en una manera eterna, y todo lo que hacemos rinde fruto para nosotros mismos, es decir se nos prepara, se nos enseña, porque nosotros lo necesitamos, Dios esta completo y absorbe tanto lo malo como lo bueno nuestro, sin variación, porque Dios es inmutable, por ello la obra del templo es para el bien de nuestra exclusiva individualidad.

(Presidente Monson)

“Uno de los templos que actualmente está en construcción es el de Manaus, Brasil. Hace muchos años leí que un grupo de más de cien miembros partieron de Manaus, ubicada en el corazón de la selva amazónica, para viajar a lo que entonces era el templo más cercano, que estaba en Sao Paulo, Brasil; a unos 4.000 kilómetros de Manaus. Esos santos fieles viajaron cuatro días y cuatro noches en bote por el río Amazonas y sus ríos tributarios. Después del viaje por agua, anduvieron en autobuses por otros tres días, viajando por caminos llenos de baches, con muy poco para comer y sin un lugar cómodo para dormir. Después de siete días completos llegaron al Templo de Sao Paulo, donde se efectuaron ordenanzas de naturaleza eterna. Por supuesto, su viaje de regreso fue igual de difícil; sin embargo, habían recibido las ordenanzas y las bendiciones del templo y, aunque sus monederos habían quedado vacíos, ellos estaban llenos del espíritu del templo y de gratitud por las bendiciones que habían recibido . (Véase Vilson Felipe Santiago y Linda Ritchie Archibald, “From Amazon Basin to Temple,” Church News, 13 de marzo de 1993, pág. 6.)

Ahora, muchos años más tarde, nuestros miembros de Manaus se regocijan al ver su propio templo tomar forma a orillas del río Negro. Los templos traen gozo a los miembros fieles dondequiera que se construyan.
Los informes de los sacrificios que se hacen para recibir las bendiciones del templo de Dios no dejan de conmover mi corazón y de renovar mis sentimientos de agradecimiento por los templos.
Me gustaría compartir con ustedes el relato de Tihi y Tararaina Mou Tham y de sus diez hijos. Con excepción de una hija, toda la familia se unió a la Iglesia a principios de la década de 1960 cuando los misioneros llegaron a la isla donde vivían, que está a unos 160 kilómetros al sur de Tahití. Pronto comenzaron a anhelar las bendiciones del sellamiento de una familia eterna en el templo.
En ese entonces, el templo más cercano para la familia Mou Tham era el Templo de Hamilton, Nueva Zelanda, a unos 4.000 kilómetros hacia el sudoeste, sólo accesible por avión, lo cual era muy caro. La numerosa familia de los Mou Tham, que sobrevivía con una escasa entrada proveniente de una pequeña plantación, no tenía dinero para el viaje ni tampoco había oportunidades de trabajo en esa isla del Pacífico. Así que, el hermano Mou Tham y su hijo Gérard tomaron la difícil decisión de viajar 4.800 kilómetros para trabajar en Nueva Caledonia, donde trabajaba otro de los hijos.
Los tres hombres de la familia Mou Tham trabajaron durante cuatro años. En ese período sólo el hermano Mou Tham volvió a casa una sola vez para el casamiento de un hija.
Después de cuatro años de trabajo agotador, el hermano Mou Tham y sus hijos habían ahorrado suficiente dinero para llevar a la familia al Templo de Nueva Zelanda. Todos los que eran miembros fueron, con excepción de una hija que estaba esperando un bebé. Se sellaron por el tiempo de esta vida y por la eternidad, una experiencia indescriptible y de gran gozo.
El hermano Mou Tham fue directamente del templo a Nueva Caledonia donde trabajó por dos años más para pagar el pasaje de la hija que no había estado en el templo con ellos: una hija casada, su esposo e hijo.
Años más tarde, el hermano y la hermana Mou Tham querían servir en el templo. Para entonces el Templo de Papeete, Tahití, ya se había construido y dedicado, y sirvieron en cuatro misiones allí,(Véase C. Jay Larson, “Temple Moments: Impossible Desire,” Church News, 16 de marzo de1996, pág. 16.)

Nº5 [ Los templos, fe, ayuno, sacrificio y servicio]

En todos los templos dedicados al Padre en nuestra dispensación siempre encontraremos cualquiera de los ingrediente de la Salvación nombrados. Para el Padre no es importante la condicion social, política o económica de los santos, y el mandar a construir templos en tiempos de pobreza o tumultos entre los hombres, se transforma en un aroma exquisito a las narices del Padre. Tampoco se crea, que la riqueza y la prosperidad son menospreciadas en la obra de Dios, por lo contrario involucra también Fe y Sacrificios, al que más se le da más se requiere, en plan de felicidad al que se le da, obedece a la misma calidad de la prueba del que no tiene, todo esta en equilibrio para el Padre. Todo es una cuestión de hacer lo correcto con lo que se tiene, ya sea mucho o poco.

(Presidente Monson)
“Mis hermanos y hermanas, los templos son más que piedra y cemento; están llenos de fe y de ayuno. Se construyen con pruebas y testimonios. Se santifican mediante el sacrificio y el servicio.
El primer templo que se construyó en esta dispensación fue el Templo de Kirtland, Ohio. Los santos de esa época eran pobres, aún así el Señor había mandado que se construyese un templo, así que lo construyeron. El élder Heber C. Kimball escribió de la experiencia: “Sólo el Señor conoce las escenas de pobreza, tribulación y aflicción por las que pasamos para lograr esa obra”.( Heber C. Kimball, en Orson F. Whitney, Life of Heber C. Kimball, 1945, pág. 67.)

Y entonces, después de lo que se había terminado con tanta dificultad, se obligó a los santos a dejar Ohio y su amado templo. Con el tiempo encontraron refugio —aunque solo sería temporario— a orillas del río Mississippi en el estado de Illinois. Llamaron al lugar Nauvoo y, dispuestos a dar todo lo que tenían otra vez y con su fe intacta, edificaron otro templo a su Dios. Las persecuciones aumentaron y, apenas terminado el Templo de Nauvoo, los expulsaron de sus hogares una vez más y tuvieron que buscar refugio en un desierto.
La lucha y el sacrificio comenzaron una vez más al trabajar por 40 años para construir el Templo de Salt Lake, que se erige majestuosamente en la manzana que está al sur de donde nos encontramos hoy en el Centro de Conferencias.
Cierto grado de sacrificio siempre ha estado asociado con la construcción de templos y con la asistencia al templo. Incontables son los que han trabajado y luchado a fin de obtener para ellos mismos y para sus familias las bendiciones que se encuentran en los templos de Dios.”

Nº6.- [Es una ley, el sacrificio]
El mundo que dirige Lucifer lucha en contra de la obra de Dios, es irrevocable la ley de la oposicióncomo lo es la ley del sacrificio. Solo mediante de ella podemos demostrar en forma práctica que nuestra Fe es absoluta y dirigida hacia el Padre.
No existe otra manera de obtener bendiciones, es una especie de termometro que mide nuestra temperatura espiritual, a menor sacrificio menor es nuestra Fe, Recibimos las enseñanzas acerca de la ley del sacrificio mediante las escrituras, todas ella antigua y modernas hacen énfasis en este respecto, y es por esto que para los enemigos de Dios es prioritario aprovechar y mover todos los recurso posibles para alejar a los hijos de Dios de esta ley.
Muchas veces cuando concurrimos a la Iglesia lo hacemos pensando que sólo basta con cumplir con la presencia del día domingo pasar la tres horas, comer el pan y tomar el agua, el primer domingo ayunar y entregar un sobre con alguna cantidad justa a medias o injusta. ¿Peró que sacrificio implica todo esto? Cuando al primer discurso aburrido, nos encerramos en la desilución, en una critica implacable, y en el reclamo. Si no nos saludaron en el pasillo nos sentimos, o si vemos algo que nos cause risa de un hermano o hermana nos burlamos. ¿Que sacrificio encierra solo compartir con los que nos caen bién?
El sacrificio es basto y diverso, y ocurre cada vez que nosotros dejamos de tener una vida fácil, el sacrificio nos dice si estamos fríos o calientes espiritualmente.En el templo confirmanos nuestro deseos de sacrificarnos para alcanzar la salvación.

(Presidente Monson)
“¿Por qué hay tantos que están dispuestos a sacrificar tanto para recibir las bendiciones del templo? Aquellos que comprenden las bendiciones eternas que se reciben mediante el templo saben que ningún sacrificio es demasiado grande, ningún precio demasiado caro ni ningún esfuerzo demasiado difícil para recibir esas bendiciones. Nunca es demasiada la distancia que hay que viajar, demasiados obstáculos que sobrellevar ni demasiada incomodidad que soportar. Entienden que las ordenanzas salvadoras que se reciben en el templo y que nos permiten regresar algún día a nuestro Padre Celestial en una relación familiar eterna, y ser investidos con bendiciones y poder de lo alto, merecen todo sacrificio y todo esfuerzo.
Hoy en día, la mayoría de nosotros no tiene que pasar por grandes dificultades para ir al templo. El ochenta y cinco por ciento de los miembros de la Iglesia ahora viven dentro de los 320 kilómetros de distancia de un templo; y para gran cantidad de nosotros, la distancia es mucho menor.
Si han ido al templo para ustedes mismos y viven relativamente cerca de un templo, su sacrificio podría ser apartar un tiempo de sus ocupadas vidas para ir al templo con regularidad. Hay mucho por hacer en nuestros templos a favor de aquellos que esperan detrás del velo. Al hacer la obra por ellos, sabremos que habremos logrado lo que no pueden hacer por sí mismos. El Presidente de la Iglesia, Joseph F. Smith, en una poderosa declaración dijo: “Mediante nuestros esfuerzos en bien de ellos, las cadenas del cautiverio caerán de sus manos y se disiparán las tinieblas que los rodean, a fin de que brille sobre ellos la luz y en el mundo de los espíritus sepan acerca de la obra que sus hijos han hecho aquí por ellos, y se regocijen con ustedes por el cumplimiento de estos deberes”.(Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, 1998, pág. 264.) “

Nº 7.- [Hagamos la Obra]
Muchas veces he soñado con mis familiares muertos, muchos de ellos están todavía esperando mi trabajo, o hablando por aquellos tan lejanos que no conocí pero que son parte de mí cuadro genealógico. Ciertamente que también estos habitante del mundo espiritual de mi familia no tan sólo hablan por ellos, lo hacen por aquellos, que quizás a ellos les ha tocado enseñar y preparar para aceptar las ordenanzas salvadoras, porque en ese mundo espiritual nada es inerte, la actividad es tan febril como la nuestra, no porque no podamos verla o palparla vamos aceptar la idea de inercia, a que nos empuja la muerte física, la que ciertamente implica un descanso para el espíritu librase de la pesada carga del cuerpo, su vulnerabilidad, sus flaquezas, pero también estamos aprendiendo de gozo y alegrías, y nuestro espíritu las atesora, y cuando morimos arrepentidos y llenos de la Gracia de Dios, de la Expiación de Jesucristo Nuestro Señor, y en comunicación con el Espíritu Santo, sabemos al morir que el cuerpo descansa y desaparece, hasta que en el día del Santo de Israel por su mandato vuelva a tomar forma, pero sabe nuestro espíritu que todavía hay mucho por hacer, la tarea eterna recién comienza.

(Presidente Monson}
“Mis hermanos y hermanas, nuestra es la responsabilidad de hacer la obra.
En mi propia familia, algunas de las experiencias más preciadas y sagradas han ocurrido cuando hemos ido juntos al templo para efectuar las ordenanzas selladoras por nuestros antepasados fallecidos.
Si todavía no han ido al templo, o si sí han ido pero actualmente no son dignos de tener una recomendación, no existe meta más importante para ustedes que la de esforzarse por ser dignos de ir al templo. El sacrificio de ustedes quizás sea poner su vida en orden con lo que se requiera para recibir una recomendación, tal vez al dejar hábitos de mucho tiempo que los descalifican; quizás sea tener la fe y disciplina para pagar los diezmos. Sea lo que sea, háganse merecedores de entrar en el templo de Dios. Obtengan la recomendación para el templo y luego considérenla una posesión preciada, porque lo es.
No es sino hasta que hayan entrado en la casa del Señor, y hayan recibido todas las bendiciones que les esperan allí, que ustedes habrán obtenido todo lo que la Iglesia tiene para ofrecerles. Las bendiciones supremas y de fundamental importancia del ser miembros de la Iglesia son las bendiciones que recibimos en los templos de Dios.
Ahora bien, mis jóvenes amigos adolescentes, siempre tengan el templo en la mira. No hagan nada que les impida entrar por sus puertas y participar de las bendiciones eternas y sagradas de allí. Felicito a los que ya van con regularidad a hacer bautismos por los muertos, que se levantan muy temprano por la mañana para efectuar los bautismos antes de asistir a la escuela. No puedo pensar en otro modo mejor para comenzar un día.
A los padres de niños pequeños, permítanme compartir un consejo sabio del presidente Spencer W. Kimball. Él dijo: “Sería algo muy bueno si… los padres tuvieran en cada cuarto de la casa un cuadro del templo para que [sus hijos], desde que [sean] bebés, puedan mirarlo todos los días [hasta] que llegue a ser parte de [su vida]. Cuando [ellos lleguen] a la edad en que [tengan que] tomar [la] decisión muy importante [en cuanto a ir al templo], la decisión ya se habrá tomado”.(The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. Edward L. Kimball, 1982, pág. 301.)

Nuestros niños de la Primaria cantan:
Me encanta ver el templo;
un día entraré,
y ser fiel a mi Padre,allí prometeré. (Janice Kapp Perry, “Me encanta ver el templo”, Canciones para los niños, pág. 99.)

Les ruego que enseñen a sus hijos sobre la importancia del templo.
El mundo puede ser un lugar difícil y desafiante en el cual vivir. Con frecuencia estamos rodeados por lo que nos destruye. Cuando ustedes y yo vayamos a las santas casas de Dios, cuando recordemos los convenios que hemos hecho allí, seremos más capaces de soportar toda prueba y superar cada tentación. En ese sagrado santuario encontraremos paz, seremos renovados y fortalecidos.


Nº8. [ Como Pedro y Pablo]
Estos dos apóstoles y profetas no estuvieron en Roma para hacerse la vida más fácil probablemente allí fue donde se encontraron con la cara de la muerte, lo que sabemos con certeza es que en esa ciudad ellos ofrecieron justos y potentes testimonios del Evaangelio de Nuestro Señor Jesucristo,
¡ Qué mayor alegría para los santos de la Iglesia de Jesucristo!
Poder ofrecer sacrificios y testimonios en esa ciudad tan especial y de vitales recuerdos para nosotros los cristianos. Llenos de humildad demos gracias a Dios por hacernos parte de esta obra que prepara la venida del Señor, no esta lejano el día en que el templo de Jerusalén sea dedicado, y nosotros sino presentes, donde quiera que estemos ya sea en este mundo o en el venidero nos regocijaremos porque ya esta cerca ver cumplida las asignaciones que le corresponden a este mundo, que la alegría de esta especial ocasión no nos deslumbre por lo contrario alegremos tal como lo hace el Presidente Monson, con humildad y reverencia.

(Presidente Monson)

“Ahora, mis hermanos y hermanas, quisiera mencionar un templo más antes de terminar. En un futuro no muy lejano, al construirse nuevos templos alrededor del mundo, se erigirá uno en una ciudad que se construyó hace 2.500 años. Hablo del templo que se está construyendo en Roma, Italia.
Todo templo es una casa de Dios, cumple las mismas funciones y con exactamente las mismas bendiciones y ordenanzas. El Templo de Roma, Italia, en forma singular, se está edificando en uno de los lugares más históricos del mundo, una ciudad donde los antiguos Apóstoles Pedro y Pablo predicaron el evangelio de Cristo y donde ambos fueron martirizados.
El pasado octubre, cuando nos reunimos en un encantador sitio rural al noreste de Roma, tuve la oportunidad de ofrecer la oración dedicatoria al prepararnos para la palada inicial. Sentí la impresión de pedir al senador italiano Lucio Malan y al vicealcalde de Roma, Giuseppe Ciardi, que estuviesen entre los primeros en remover una palada de tierra. Ambos habían sido partícipes de la decisión de permitirnos construir un templo en su ciudad.
El día estaba nublado y cálido, y aunque la lluvia amenazaba, no cayeron más que una o dos gotas. Mientras el magnífico coro cantaba en italiano las hermosas estrofas de “El Espíritu de Dios”, uno podía sentir como si los cielos y la tierra se unieran en un glorioso himno de alabanza y gratitud al Dios Todopoderoso. No se pudo evitar derramar lágrimas.
En un día por venir, los fieles de esa, la Ciudad eterna, recibirán ordenanzas de naturaleza eterna en una santa casa de Dios.
Expreso mi eterna gratitud a mi Padre Celestial por el templo que ahora se está construyendo en Roma y por todos nuestros templos dondequiera que estén. Cada uno se erige como un faro para el mundo, una expresión de nuestro testimonio de que Dios, nuestro Padre Eterno vive, que Él desea bendecirnos a nosotros y, en verdad, bendecir a Sus hijos e hijas de todas las generaciones. Cada uno de nuestros templos es una expresión de nuestro testimonio de que la vida más allá del sepulcro es tan real y cierta como nuestra vida aquí en la tierra. De eso testifico.
Mis queridos hermanos y hermanas, que hagamos cualquier sacrificio que sea necesario para asistir al templo y tener el espíritu del templo en nuestros corazones y en nuestros hogares. Que sigamos los pasos de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien hizo el sacrificio más grande por nosotros, para que tengamos vida eterna y exaltación en el reino de nuestro Padre Celestial. Ésta es mi sincera oración y la ofrezco en el nombre de nuestro Salvador Jesucristo, el Señor. Amén.”

Preparada por Carlos Toledolabarca

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